“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de bien y no de mal, para daros el fin que esperáis.”
(Jer. 29:11)
Era un hermoso día cálido, en São Paulo, Brasil, el 16 de marzo de 1996.
El lugar estaba lindamente decorado. La música, las flores, y la comida
estaban simplemente perfectas. Nuestras familias y amigos estuvieron
juntos durante este importante evento. Nos miramos el uno al otro
afectuosamente cuando dijimos, "sí, acepto."
Sonrío
cuando pienso en una de las bendiciones más maravillosas que Dios me ha
dado: la bendición del matrimonio. Recientemente, al pensar en la
bendición que es mi esposo,
lo que el
hermano John ha sido para mí, el Señor me llevó de nuevo a través de mi
memoria a un viernes por la noche en el Estado de Alabama en los Estados
Unidos en 1991… Esa fue la noche en la cual me
volví
fiel a mi esposo, sin aún saber quién sería. Esta fidelidad no fue sólo
física, sino también una fidelidad en el corazón y los ojos.
Mi Primer Amor
Llegue a los Estados Unidos a los 18 años en 1989 como una estudiante de
intercambio y me fui a vivir con una familia de evangélicos en el estado
de Alabama. Fue allí
que
por primera vez, vi el testimonio de Cristo vivo en una familia. Mis
padres estadounidenses ya eran avanzados de edad cuando llegué; él tenía
77 años y ella 70. Aún así, abrieron las puertas de su casa y de sus
corazones para una persona completamente desconocida como yo que ni
siquiera hablaba o entendía el idioma Inglés. Mi madre estadounidense era
la hija de un Pastor y mi padre estadounidense pertenecía a una de las
familias fundadoras de la iglesia local. Vivían en una casa hermosa y
espaciosa, pero donde había más espacio era en sus corazones grandes.
Una de las cosas más importantes para esta familia estadounidense era la
iglesia. Siempre estaban allí, comprometidos todos los domingos y otros
días de la semana también. El grupo de jóvenes me recibió como si yo
siempre hubiera sida parte del grupo y luego hice amistades con muchos de
ellos. Mi profesora de la escuela dominical me dio una Biblia muy hermosa
y cada noche yo me sentaba en la cama y leía la Palabra de Dios. Como en
esa época mi inglés era muy malo, me tardaba una hora entera para leer
sólo un párrafo, porque yo tenía que consultar mi diccionario Inglés –
Portugués, e Inglés – Inglés. Le lectura era lenta, pero para mí no
importaba, ¡Yo me llenaba de alegría del
simple
hecho que yo estaba con la Palabra de Dios en mi regazo! ¡Oh, lo
satisfactorio que era leer esas palabras, porque eran como agua para un
corazón sediento!
Después de pasar unos tres meses así aproximadamente, leyendo la Biblia,
asistiendo
a la iglesia, teniendo comunión con otros cristianos, tomé el paso más
importante de mi vida cuando entregué todo mi ser a Jesucristo. Morí a mí
misma y así Jesús me dio una nueva vida. ¡No hay nada mejor que conocer
al Dios vivo personalmente!
¡Que
satisfacción, que alegría, que felicidad y que paz completa! Yo nunca
imaginé que tanta plenitud fuese posible. Aquel día, Jesús se hizo mi
“Primer Amor” hasta este día de hoy.
Entregando
a
Isaac Sobre El Altar
En este poco tiempo de conversión fue cuando sentí que el Señor me pedía
un compromiso mayor. “¿Ellen, usted estaría dispuesta a entregar su
vida
de citas amorosas
en el altar?”
Esta pregunta me persiguió por un tiempo, porque yo sabía que Dios me
estaba pidiendo que confiara en él con la cuestión del matrimonio. Nunca
había oído hablar de alguien que hubiese tenido ese tipo de compromiso con
Dios y como yo misma era una nueva convertida no sabía exactamente cómo
hacerlo. Además, todos los otros cristianos que conocía tenían sus
enamorados.
Sin embargo
yo sabía que Dios quería llevarme a un caminar más profundo con él.
En la medida que buscaba al Señor, algunos versículos comenzaron a llamar
mi atención. Versículos como “Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.” (Mateo 6:33), “Si,
pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra.” (Col 3:1-2),
“Fíate de Jehová con todo tu corazón, y no te
apoyes en tu propia prudencia. Reconócele en todos tus caminos, y él
enderezará tus veredas.” (Prov 3:5-6). Además, el concepto de
“enamoramiento” no se encuentra en ninguna parte en las Escrituras.
Finalmente, después de mucha oración, yo hice un pacto con el Señor, lo
escribí en un papel, firmé, y oré
sobre
él con la esposa de mi pastor, sellando esta nueva alianza. En este
acuerdo, yo le dije al Señor que confiaría en él con respecto a mi futuro
esposo, y que en el tiempo que yo tuviera una relación, yo pasaría con
Dios en oración y en la Palabra en primer lugar. No habría sido
suficiente que yo simplemente dejara
de relacionarme, pero
si
era imprescindible substituir este vacío con una relación profunda e
íntima con Jesús.
También le dije que si fuese de su voluntad que yo jamás me casara, que yo
estaría dispuesta a servirlo de la manera que él quisiera; Si él quería
enviarme como una misionera soltera en medio de África, o si tuviera que
morir en un país musulmán, o simplemente ser una servidora en mi iglesia
local. La única cosa que pedí a él fue que si era su voluntad que me
casara, que él me mostrara cuando llegara
el que sería
mi esposo.
Jehová Es Mi Pastor; ¡Nada Me Faltará!
Para los próximos 3 años y medio, yo tuve una experiencia con el Señor que
fue algo como una luna de miel, pues yo me deleitaba en él. El continuó
derramando más y más de Su presencia sobre mí vida enseñándome por medio
de las Escrituras y me visitaba en mis devociones. ¡Ah que felicidad, que
satisfacción, que plenitud! Yo pasaba todo mi tiempo libre con
Jesús. Las palabras no son suficientes para describir lo que siento de
como Dios concedió todos mis deseos de ser casada.
“Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los
ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la
tierra será llamado.” (Isa. 54:5). En un tiempo yo estaba tan
satisfecha que llegué a pensar que tal vez Dios quería que fuera soltera.
Pero en la medida que el tiempo fue pasando, él me reveló que yo me
casaría un día y que él estaba preparándome para ser una compañera
adecuada para un cristiano fiel.
Joven hermana, ¿Qué tipo de hombre está usted buscando en un esposo?
¿Está usted buscando un cristiano fiel? ¿Y qué tipo de
mujer un cristiano fiel está buscando en una esposa? Naturalmente,
¡él estará buscando una cristiana fiel! Es por eso que es tan
importante que los jóvenes se consagren completamente al Señor mientras
son solteros. Si siembran en el Espíritu, un día ellos podrán ser para
sus cónyuges un compañero, un cristiano fiel, maduro y espiritual para
compartir sus vidas. Un compañero que sabrá cómo encontrar a Dios en
momentos de necesidad, que tendrá la Palabra atesorada en su corazón, y
alguien que no será lanzado de aquí para allá como las ondas del mar.
Joven hermana, si usted
no
se entrega a Dios sin reservas ahora, ¡Aquel joven cristiano no le podrá
reconocer cuando aparezca!
Aprendiendo
A
Oír La Voz De
Nosotros no influenciamos al mundo haciéndonos más parecidos al mundo.
Nosotros influenciamos al mundo cuando acercamos tanto a Jesús que
él nos dice qué debemos decir. Del mismo modo, no descubrimos quien
será nuestro esposo por salir con uno aquí, otro allí, experimentando este
o aquel. Nosotros descubrimos quien
será nuestro
cónyuge cuando nos acercamos tanto a Jesús que aprendamos a oír su
voz con precisión. El “juego de enamorarse” conduce a la decepción,
a la amargura, dolor y vergüenza. Algunas personas
se casan y traen heridas de relaciones pasadas que interfieren con su
servicio a Dios y con su relación matrimonial actual. También conozco a
jóvenes que han tenido varias relaciones con varios y que ahora están en
el ministerio, sirviendo al Señor de todo su corazón. ¡Sin embargo,
siempre es incómodo cuando cierto evangelista llega a predicar en una
iglesia donde él solía ser el novio de la esposa del pastor! Esta
situación embarazosa podría haberse evitado si en vez de experimentar el
“juego del enamorar jóvenes,”
hubiesen orado buscando la dirección del Señor. La Biblia dice,
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y
me siguen…” (Juan 10:27) ¡Recuerde que Dios quiere que
usted se case con la persona correcta mucho más
de lo
que quiere usted mismo!
Alguien nos dijo que cierta muchacha se casó con un muchacho que parecía
ser una excelente persona, pero más tarde
se descubrió
que el joven estaba viviendo en pecados terribles, y esto les estaba
llevando al divorcio. El comentario fue: “si ella hubiera esperado
conocerlo por más tiempo,
hubiera descubierto que el joven no era un buen muchacho.” Sin embargo,
sabemos que han habido matrimonios donde un cónyuge ocultó sus pecados
durante muchos años antes de que el otro cónyuge lo descubriera.
La solución es, que si hubiese pasado más tiempo con Dios (no
con el joven) pidiendo dirección, Dios le habría dicho que no lo
hiciese. Un pecador puede engañar a todos, pero no se puede engañar a
Dios, y Dios nos dará la sabiduría si le pedimos a él (Santiago 1:5).
¡Es una promesa! Joven, es tan importante oír la sabiduría de Dios en
este asunto. El matrimonio es para toda la vida y una vez que
hacemos los votos matrimoniales “Hasta que la muerte nos separe,” esa
se convierte en la persona correcta para usted.
Es muy cierto que Dios puede trabajar maravillosamente con casamientos que
se salvaron después de casarse, pero ¿por qué correr el riesgo de fallar
en esta área? ¡Muchas vidas y ministerios ya fueron destruidos o
discapacitados debido a un mal casamiento! ¡Por favor, busquen al
Señor y no confíen solamente en sus emociones!
Señor, Enséñame A Enumerar
Mis
Días
Piensen en los jóvenes, muchachos y muchachas que pasan centenas de horas
uno con el otro, sólo para terminar en un rompimiento. Es un tiempo
precioso desperdiciado que nunca va a volver. ¿Y si hubiera pasado
aquellas centenas de horas con el Señor, en vez de pasar con alguien con
quien ni siquiera irán
a
casarse? ¿No habría sido más beneficioso para sus almas?
Escuché decir haber tenido varias relaciones nos ayuda a crecer como
persona. Por ejemplo, que le ayudará a ser más paciente, más
desinteresado, tener más comprensión, etc. Déjeme decirle que Jesús con
certeza no necesitó tener relaciones para crecer como persona, ¿verdad?
No, él pasó tiempo con el Padre. ¿Por qué no hacemos lo mismo? Es por
pasar tiempo con el Padre que nos llena de su presencia y de los frutos
del Espíritu Santo... “amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio;
contra tales cosas no hay ley.” (Gál 5:22-23)
Durante estos 3 años y medio que pasé con el Señor de esa forma tan intima
y especial, el Salmo 32:8 tomó vida en mí. Dice,
“Te haré entender, y te enseñaré el camino
en que debes andar…” Y en la versión en inglés, la Biblia
continúa, “Yo te guiaré con Mi ojo.”
Como una tonta, yo imaginé un globo ocular saltando y llevándome de la
mano. Le pregunté, “¿como el Señor puede orientarme con su ojo? ¿Por qué
no tu mano o tu palabra?” No tenía sentido para mí. Me hacia la
pregunta, “¿Por qué me guiará con su ojo?” Entonces recordé cuando era
una niñita. Lo que mi papá tenía que hacer para
que
le obedeciera era mirarme de una manera determinada. Mi papá me estaba
guiando con su ojo. De la misma manera el Señor puede guiarnos con su
ojo. El único problema es que usted debe
saber
lo que está diciendo con
su
ojo, y para eso debe estar
siempre
contemplando su rostro.
El Señor me decía que si yo le servia con todo mi corazón y buscaba su
rostro (no su mano), cuando mi esposo estuviera allí, él iba a guiarme
con su ojo diciéndome, “¡Mira Ellen, allá esta tu esposo!”
Adornada En El Interior
También estaba muy atenta en todo
lo
que yo hacia referente al sexo opuesto. A veces me molesto de la audacia
de algunas chicas delante de los chicos hoy en día. La Biblia es clara
cuando dice que el hombre debe ser la cabeza de la familia y como líder,
él debe ser el primero en mostrar interés. También dice la Biblia,
“El que halla esposa halla el bien, Y
alcanza la benevolencia de Jehová.” (Prov 18:22).
No dice “Ella
que halle
esposo.”
Además, la palabra “pudor” (1 Tim 2:9) significa “ser tímido en
presencia del sexo opuesto." Las vírgenes prudentes de la Biblia
estaban adornadas con un espíritu de humildad y mansedumbre.
“Rebeca también alzó sus ojos, y vio a
Isaac, y descendió del camello… Y el criado había respondido: Este es mi
señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.” (Gén
24:64-65)
Yo quería ser fiel a aquel que sería mi esposo aun antes de encontrarlo.
De vez en cuando yo oraba por él para que la voluntad de Dios pudiera
operar en su vida, y que Dios lo mantuviera puro y santo, trayéndolo a una
relación más profunda con el Señor. No me entiendan mal, conozco personas
que
se vuelven obsesivas orando por sus futuros cónyuges, pero este no era mi
caso, pues yo verdaderamente
había
entregado todo eso a Jesús. En algunas ocasiones escribí cartas dirigidas
“A mi Futuro Esposo” donde compartía todas las cosas que Dios estaba
haciendo en mi vida (más tarde después de nuestro noviazgo, yo
le
entregue a John todas aquellas cartas). Por la gracia de Dios, nunca me
interesé por nadie durante aquel período, porque
todavía
Dios no le había mostrado a
él
que yo seria
su esposa.
Nunca dejé que mis ojos se perdieran o que mi imaginación volara. Yo
quería entregar a mi futuro cónyuge una persona pura, no sólo
físicamente, sino también en motivos, en la consagración a Dios, y en los
ojos.
Dios Es Fiel
En 1994 estábamos en
un
momento de transición en nuestro ministerio en el campus de la Universidad
de Auburn, Alabama. Nuestro Pastor del Campus acababa de irse y estábamos
necesitando de un nuevo pastor. Mientras oraba, una tarde, el nombre
“John Duncan” me vino a mi mente. Nunca había conocido a "John Duncan"
antes, pero él había conducido devocionales en un retiro
en el
que yo participé algunos años atrás.
Me
quede intrigada con este acontecimiento inusual porque yo no me recordaba
de él, pero Dios me hizo recordar ese nombre. Sentí que debía orar por
John Duncan, que Dios le diese dirección y abriese las puertas del
ministerio para él.
Dos semanas después de este acontecimiento, una hermana me saludó en el
campus y quería contarme las buenas noticias. Ella dijo, “Ellen, ¿usted
escuchó? ¡Tenemos un nuevo pastor del campus!” Le dije, "¡Alabado sea el
Señor, eso es genial! ¿Cuál es su nombre?” Ella respondió, “¡Su nombre es
John Duncan!” Grité de emoción: "¿¿¿Qué??? ¿Hablas en serio? No puedo
creerlo, oré por este hombre hace 2 semanas.”
En este momento yo no sabía nada sobre el hermano John. El podría ser un
hombre casado y con hijos, etc. Sólo asumí que era una confirmación de
Dios que "John Duncan” iba a ser nuestro nuevo pastor y me quede muy feliz
por haber oído la voz del Señor en oración. ¡Ah, como yo quería ser
sensible a su voz!
Después de dos semanas, John apareció en el campus trayendo todo lo que
tenía en su pequeño auto Honda. Me di cuenta que él era un cristiano
fiel, 3 años mayor que yo, y soltero. Aun así, yo no me daba la idea de
una relación porque: 1) Dios no me había dicho que él sería mi esposo, y
2) El Hermano John era mi Pastor. Yo no quería dejar que mi corazón
sintiera primero para después oír la voz de Dios.
Es Necesario Mucho Cuidado
La Biblia dice: “Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” (Prov 4:23).
Un error que las personas cometen es involucrarse emocionalmente demasiado
pronto. Esto hace que sea difícil de escuchar a Dios. He
conocido a muchas personas que tomaron decisiones cuando estaban
encaprichados y luego se arrepintieron por el resto de sus vidas. Dios
intentó decirles por varias veces que no debían
casarse
con aquella persona, pero como querían tanto esa relación,
fueron cegados y no escucharon las advertencias de sus padres, de su
pastor, de sus amigos, y en algunos casos, arruinaron sus vidas.
La Biblia dice que los hijos de Israel “se
entregaron a un deseo desordenado en el desierto; y tentaron a Dios en la
soledad.” La parte que asusta es que Dios “…les dio lo
que pidieron; mas envió mortandad sobre ellos.” (Salmo
106:14-15). Hermanos, escuchen -- ¡nunca debemos buscar a Dios con
nuestra voluntad ya formada, sobre todo en este asunto!!!
Corriendo Para Dios Con Todas Nuestras Fuerzas
Vi como el Hermano John comenzó a levantar un grupo poderoso de hombres
jóvenes en el campus, que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa por el
Señor. Sin embargo, el lado de las chicas en la comunidad no estaba tan
fuerte debido a su inhabilidad para ministrar a las mujeres. Entonces
John me llamó un día por teléfono y me pidió
que preparara
un Estudio Bíblico de discipulado para las chicas en el campus. En poco
tiempo yo estaba naturalmente haciendo con las chicas las mismas cosas que
él hacía con los chicos.
Aquí debo contarles la mejor palabra de sabiduría que vino de la esposa de
un Pastor a John antes de conocernos. Ella le dijo: “Hijo, usted corra
para Dios con todas sus fuerzas y no se preocupe acerca de
con
quién usted va a casarse. Sólo mantenga sus ojos en Jesús en todo tiempo
y
no
se distraiga con nada. Un día usted va a mirar a su lado y encontrará
a
alguien corriendo con usted. Esa será su esposa.” Esa palabra se estaba
cumpliendo en nuestras vidas sin nuestro conocimiento.
Conforme pasó el tiempo, empecé a notar que muchas de mis oraciones a
favor de John estaban siendo respondidas de inmediato (Dios estaba
atrayendo mi atención). Por ejemplo – Yo oraba para que Dios bendiga sus
finanzas sin saber de la necesidad y Dios contestaba rápidamente. Oraba
por su salud sin saber que había estado enfermo. Además, todo lo que
nosotros tocábamos juntos Dios lo bendecía. Teníamos dones y
personalidades diferentes de modo que nos complementábamos muy bien.
Empecé a notar cómo trabajamos bien juntos. Luego yo le preguntaba al
Señor, “¿es él? ¿Podría ser John mi futuro esposo?”
Trueno, Fuego, Terremoto… Y Un Silbo Apacible Y Delicado
Algunas cosas extrañas comenzaron a suceder. Por ejemplo, muchas
personas, tantos desconocidos como pastores y ministros que respetábamos
nos decían (separadamente) que nosotros formábamos un buen equipo y que
deberíamos casarnos. Algunos de estos ministros eran audaces en sus
palabras. Sin embargo, ni John sabía lo que estaba sucediendo conmigo,
tampoco yo sabía
lo
que le estaba ocurriendo a él. Después de algunos meses orando y viendo
lo que sucedía, se hizo evidente para mí que (¡sí!) John seria mi futuro
esposo. Ahora yo tenía que esperar hasta que Dios le revelara a él (la
espera era la parte más difícil), ya que no tenía idea que Dios ya estaba
obrando en su corazón. Alabado sea Dios, él estaba honrando nuestro
pacto, cuando le pedí que me permitieraa
saber cuando mi futuro esposo estuviera
cerca.
John empezó a llamarme con más frecuencia para preguntarme acerca de los
estudios Bíblicos de las chicas y empezamos a pasar más y más tiempo en el
teléfono, aunque sólo vivíamos dos cuadras de distancia uno del otro.
Esta es una manera maravillosa de conocer a alguien - con una línea
telefónica entre ambos… Fue durante este periodo en una de nuestras
conversaciones que él me dijo de su interés por mí.
Después de mucha oración y luchas para encontrar la perfecta voluntad de
Dios, el 23 de Enero de 1996, John me llevó a "la banca" donde él
predicaba al aire libre en el campus universitario. Allí emocionados,
nosotros oramos juntos consagrando nuestro futuro en las manos de Dios.
El se agachó en una rodilla frente
a mí
conforme
a
la tradición norte americana y con un anillo de noviazgo que había
pertenecido a su abuela, me propuso matrimonio. Yo estaba más que lista y
dije un rotundo "¡Sí!" Es un día que jamás olvidaré.
Honra A Tu Padre Y Madre
Los padres de John, tías y tíos, todos, ya me conocían antes de
que fuéramos novios
y ellos se pusieron muy contentos con nuestro futuro matrimonio. Nuestra
última prueba seria decirle a mis padres.
Ellos
no eran cristianos. ¿Qué pensarían al descubrir que yo me casaría con un
Pastor norte americano? Esto significaría que mi retorno a Brasil,
después de la graduación no iba a suceder. Mis padres arreglaron mi
dormitorio cuidadosamente con mucho cariño mientras yo estaba en los
Estados Unidos. No tendrían el privilegio de estar cerca de los nietos.
Mis padres no estaban ganando un hijo, sino al contrario, estarían
perdiendo a
su niña. Pedí al Señor que si fuese de Su voluntad, que obrara en las
vidas de mis padres, al punto que ellos nos diesen sus bendiciones.
Me molesta ver a jóvenes que no dan la mínima atención a los consejos y
advertencias de sus padres y Pastores, especialmente si los padres son
cristianos. El quinto mandamiento dice que debemos honrar a nuestros
padres. Si los padres de ambos tuviesen algún problema con nuestra
relación,
hubiéramos
tenido por lo menos que posponer
el matrimonio hasta que Dios haya cambiado sus corazones o los nuestros.
Dios mismo nos dio nuestros padres para criarnos y protegernos. Fueron
mis padres que me cuidaron aún sin conocer a
Cristo,
cuando yo no podía cuidarme a mí misma. Ellos me alimentaron e
invirtieron su tiempo, dinero y trabajo con amor y cariño por mi vida. A
pesar que ellos no eran perfectos, yo se que ellos me amaban y Dios podía
hablar a través de ellos. Yo sólo sabía que lo CORRECTO
era
que mi papá me llevara de la mano por el
pasillo
para entregarme en el altar a mi futuro esposo, que sería entonces mi
cabeza espiritual. Yo sabía que Dios podía hacer una obra en los
corazones de mis padres, pero sería un milagro.
Una señora cristiana fiel me contó que cuando algún chico
llamaba
para hablar con ella cuando era joven, ella inmediatamente le pasaba el
teléfono a su padre para que hablaran con él. Cuando eran cartas de amor
que le enviaban, ella
las
entregaba a sus padres antes de abrirlas. Ella quería saber primero que
es lo que sus padres pensaban sobre el chico.
Hoy, ella está felizmente casada con un Pastor sin remordimientos. ¡Oh,
cómo me gustaría que hubiera más gente joven así!
Cuando llamamos a mis padres y John le
pidió
a mi padre mi mano en matrimonio, todo lo que mi padre (quien es Gnóstico)
pudo decir fue: “Ellen, este es el Señor, hija mía.
Esta es la voluntad de Dios para ti. Quiero que sepan que ustedes
tienen,
no sólo nuestro permiso, sino también la bendición nuestra para casarte
con ese joven y servir a Dios juntos.” Dios nos estaba dando luces verdes
todo el camino - ¡no hay banderas rojas en absoluto!
Una Vida De Soltera Sin Arrepentimiento
Algunas personas pueden permanecer solas todas sus vidas. Conocemos
personas que permanecen solteras por Dios y
han logrado
muchas cosas que nunca hubieran
logrado si hubieran
tenido una familia, especialmente en
el
campo misionario
en el
extranjero. Si usted permanece soltero, ¡utilice esta oportunidad para la
gloria de Dios! Algunas personas pueden no tener el “don” de ser
célibes. Otros encontrarán su ministerio fructífero en el matrimonio de
una forma que nunca habrían conquistado si estuvieran solos. Cada persona
necesita ponerse de rodillas, orar y pedir al Señor para que le muestre la
voluntad de Dios en su vida. Todos nosotros fuimos solteros en nuestra
vida y si este es un estado temporal o permanente, ¡aproveche este tiempo
de soltero y corra para Dios con todas sus fuerzas!
Ahora puedo mirar hacia atrás durante mis años de soltera y decir que no
me arrepiento. Ahora tengo menos tiempo para Dios (como la Biblia dice en
1 Cor 7), pero Dios ha multiplicado nuestros esfuerzos
porque estamos en su voluntad. Una de mis oraciones fue que si podíamos
cada uno ganar 5 almas para Dios solos, que él nos permitiera ganar más de
15+
almas cuando estuviésemos juntos, multiplicando así nuestros esfuerzos.
Descubrí que mi vida ha sido más productiva en el Señor después del
matrimonio que antes.
Dios Es El Mejor Autor De Casamientos
Si hay un “matrimonio perfecto,” puedo testificar que el nuestro es uno.
(Eso no significa que no tenemos opiniones diferentes. Después de todo,
necesitamos a los demás para mantenernos responsables y nos ayuda a
ver las diferentes perspectivas).
Estamos felizmente casados, y hoy nos amamos más uno al otro que cuando
dijimos el “Si, acepto.” Trabajamos juntos y nos combinamos mejor que
nunca. Yo no podría
haber
escogido
a
alguien mejor para mí, que John. Yo lo amo y aprecio mucho. Sólo Dios
conocía mi condición mental, emocional, y espiritual; Solo él podría
encontrar el casamiento perfecto. La Biblia dice,
“Deléitate asimismo en Jehová y él te
concederá las peticiones de tu corazón.” (Salmo 37:4).
También tenemos otra ventaja – nunca seremos capaces de decir que nos
casamos con la persona equivocada,
por la forma en que Dios orquestó todo.
Confía En Dios
Algunas personas dicen, “No existen cristianos fieles donde yo vivo.”
¿Qué? ¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? Soy de Brasil y John es
de Marietta, Georgia, y nos encontramos en la ciudad de Auburn, en el
estado de Alabama. Nosotros nos casamos en los 27 y 25 años de edad. (Si
tuviera que esperar más tiempo yo estaría feliz de servir al Señor hasta
su tiempo perfecto para una unión perfecta). Una amiga nuestra tenía 26
años cuando conoció a su esposo. No había jóvenes cristianos fieles en su
pequeña ciudad del estado de Mississippi. Sin embargo ella fue a
California para cursar un seminario cristiano por un mes, donde conoció un
Pastor Auxiliar de 30 años también vino al mismo seminario del estado de
Virginia. Estos dos se casaron con un testimonio maravilloso de no
haberse abrazado, besado, o ni siquiera tomarse de la mano antes del
casamiento (¿te has preguntado alguna vez por qué el pastor dice, "AHORA
usted puede besar a la novia?").
Queridos jóvenes, cuando ustedes lean este folleto por favor no piensen
que nuestra historia es extraña. Hay por lo menos
otras 8
parejas que conocemos personalmente aquí en los Estados Unidos que también
no se dieron al “juego de enamorarse” y ahora están felizmente casados,
sirviendo al Señor. Todos estas parejas están involucradas en el
ministerio hoy. La única cosa que todos ellos tienen en común es que Dios
les dio en todos los casos, un maravilloso testimonio de su
fidelidad. ¿No le gustaría tener un testimonio para contarle a sus hijos y
nietos?
En países como Ucrania, los chicos y las chicas no se pasean solos. Los
hombres se sientan en un lado de la iglesia, mientras que las mujeres se
sientan en el otro. Coquetear es algo que simplemente no hacen. Cuando
un chico tiene la edad suficiente para casarse, él ora sobre
con
quién casarse. Cuando se tiene una respuesta, este joven le dirá a sus
padres y pastores. Entonces todos ellos oran. Si sienten como que es del
Señor, van donde los padres de la muchacha y todos ellos oran. Si
todavía sienten como que es del Señor, ellos finalmente le dicen a la
muchacha y
le
piden a ella que ore por la situación. Si ella y todos sintieren que es
la voluntad de Dios, entonces se casan. El resultado de este proceso es
maravilloso,
no hemos tenido
ningún bebe concebido fuera del casamiento y ningún divorcio en todas las
iglesias donde hemos trabajado.
Por favor, no acepte el segundo mejor en esta cuestión. Sería mejor estar
solo que mal acompañado. Sea paciente, pues en la época de Dios, él
traerá Su voluntad perfecta en su vida.
“Entonces tus oídos oirán detrás de ti la palabra que diga:
«Éste es el camino, andad por él y no echéis a la mano derecha, ni tampoco
os desviéis a la mano izquierda.»”
(Isaías 30:21)
Por favor, siéntase libre de compartirlo. Solo pedimos que no sea
alterado y que nuestra información de contacto sigua siendo visible.
¡Dios los bendiga!